Tres días trabajando como un esclavo...

¡¡Por fin he acabado!! Agotador, interminable... Os explico. Mi hija participa a partir de mañana en el Cto. de España de 420 que se celbra en Masnou. No, no es que haya renunciado de la fe verdadera. No, tampoco es que de repente le haya empezado a dar miedo la velocidad y prefiera ir en barcos lentos y tranquilos...

Lo que sucede es que su hermana, con quien forma tripulación, ha sido llamada por la RFEV para representar a España en los Mundiales de Byte CII que se celebrarán la semana que viene en Cannes, con vistas a conseguir la plaza femenina en los Juegos Olímpicos Juveniles de Singapore '2012 y, claro, como no puede navegar en 29er ha aceptado la amable invitación de una amiga suya para participar juntas en el Cto. de 420.

Sólo 6 dias de entreno, por lo que no cabe esperar resultados muy destacados. Y el barco... bueno, es un barco con no demasiada navegación pero con bastantes años encima. Un barco destinado a escuela en un club náutico del Maresme.

Peeeeero... ahí he entrado yo. Al menos que sea el vilonista, no el violín, me dije. Y me he pasado 3 días trabajando como un negro sobre el barco. Alinaeando orza y timón, que estaban en planos diferentes, eliminando juego de la orza en el interior de la caja, tapando agujeros, rayadas, arañazos, afinando los foils... vamos que le he dejado el casco como nuevo. Con pulimento de teflon y todo. Enderezar regletas, poner mordazas, regular la pata de gallo con un sistema un pelín original, recortar y ajustar cables... con un sol que caía a pedradas y un viento que en ocasiones te hacía perder el equilibrio. Creo que lo he dejado la mar de bien, si consiguen algún resultado decente tendré en mi fuero interno la satisfacción de que algo mío habrá intervenido un poquito en ello.

Tres días trabajando como un esclavo... pero tíos, ¡¡lo que disfruto haciendo estas cosas!!